Extractivismo en siembra, cultivo, distribución y aprovechamiento del cannabis a partir de las actualizaciones legales mexicanas sobre tales actividades

Resumen

El cannabis, durante un gran periodo de la historia mexicana ha sido una planta ilegal y prohibida; cuyos cultivadores, vendedores y consumidores han sido vistos y tratados como criminales. En el siglo XXI, su legalización ha sido difundida y aplaudida por la élite empresarial y política, otrora opositora a la misma, como la gran panacea para la violencia, así como fuerte impulsora de la economía y la salud. Entre los diferentes considerandos que se han discutido para legalizar el cultivo y venta del cannabis, junto con los procesos asociados a ello, se encuentran cuestiones de salud, economía, paz social, ecosistemas y hasta justicia retributiva.

Dado que en general la información rumbo a la legalización actual parece hablar de ella en sentido muy positivo y la discusión sobre la posibilidad de sus impactos negativos es muy poca, el presente artículo indaga sobre las posibles consecuencias de su legalización en los términos en que se encuentra a la fecha, entre ellas la posibilitación de extractivismo con las consecuencias que conlleva. En términos generales, las conclusiones a las que se llega es que la legalización del cultivo, venta y consumo de cannabis con los procesos asociados a ellos, en los términos actuales, solo o mayormente favorece a las grandes corporaciones del tabaco a la industria de la medicina alópata, y a élites políticas económicas, sin darle mayor importancia a posibles repercusiones negativas como el extractivismo, incluyendo sus impactos en lo social, la salud y la justicia retributiva, además de la ausencia de justicia retributiva para la gente campesina que históricamente ha sido perseguida, golpeada y/o encarcelada por realizar un cultivo que ahora, quienes la satanizaban, deciden que es algo muy positivo.